lunes, 7 de septiembre de 2020

“¡MIEDO EN LA S.I.P.” — ALAN COMET (Spacial International Police, 26. Toray)

 

Entrega divertidísima de la colección que contaba las aventuras de los integrantes de una agencia de la ley llamada Spacial International Police (sí, así, con falta de ortografía incluida) llenas de novela negra futurista. La maravillosa idea, creo que única en el mundo, de dedicar un “pulp”, cuaderno de aventuras, bolsilibro o como queramos llamarlo a aunar estos dos géneros en uno solo creo que es prácticamente inédita en la época. Y, en definitiva, podemos sentirnos orgullosos de lo que autores de los 60 como Phillip K. Dick, Fredric Brown o Asimov llevaban haciendo años en sus obras (mezclar sabuesos, misterios y criminales junto a marcianos, robots y rayos de protones), en España decidimos darle validez y carta de autenticidad dedicando toda una saga de novelas a este innovador formato. Tras las bambalinas-pseudónimo tenemos en esta colección al sin duda impulsor de la misma, Enrique Sanchez Pascual (Alan Comet, W. Sampas y Alan Star. ¡Tres autores en uno!) y al inevitable Juan Gallardo Muñoz, aquí firmando como Johnny Garland. ¿Pero qué ocurre en este “Miedo en la S.I.P.”?

En esta ocasión una misteriosa banda de atracadores con siniestras máscaras roban un cargamento de oro destinado a una reserva situada en Marte. Y ante las mismas narices de dos, por lo general, gallardos y valientes agentes de la S.I.P. Pero en esta ocasión un extraño poder les aterroriza de tal forma que no pueden más que arrodillarse e incluso limpiar los zapatos de los villanos, para regocijo de estos. ¿Rayo provocador de terrores? ¿Drogas que inducen el miedo? Los dos agentes dimiten ante la vergüenza y el escarnio, y el gran boss de la S.I.P. tendrá que recurrir a otros dos operativos (uno de ellos joven y casi de prácticas todavía) para dilucidar el misterio. Pero los dos efectivos caídos en desgracia llevarán a cabo una investigación paralela para limpiar sus nombres, y ahí ya tendremos balaceras al más puro estilo cine negro (pero con rayos de positrones), siniestros doctores que operan los rostros hasta hacerlos irreconocibles (empleado tanto por los héroes en misiones de infiltración como por los villanos para sus tropelías) y un par de persecuciones en coche de damiselas en apuros, para darle salsa al asunto. A destacar escenas en laboratorios víctimas de rastreos y llenos de retortas, viales y todas esas cosas que tanto nos gustan. Divertida, de rápido y nada indigesto consumo y una encantadora mezcla de géneros en fusión perfecta.

No hay comentarios:

Publicar un comentario