miércoles, 15 de julio de 2020

EL HOMBRE DE LA DOBLE DIMENSIÓN — CLARK CARRADOS (Colección Espacio-El Mundo Futuro 19, Toray)


A pesar del disfrute generalizado con “El Hombre de la Doble Dimensión”, debo reconocer que en este caso el señor Carrados me ha dado la impresión de haber hecho una novelita a base de retales que no siempre casan del todo bien. De hecho, es el disparate verbenero y genérico (dentro de la sci-fi aventurera más pura, of course), lo que le da el toque gracioso a una trama (o varias) que no se sostiene por ningún lado y que funciona a base de “deus ex machinas” implacables. De un comienzo de novela de juicios siderales —con el teniente de una nave de prisioneros siendo acusado del asesinato de su capitán y del amotine de los facinerosos cósmicos que trasladaba—, nos metemos en una especie de intriga a bordo con celos de mando, conspiraciones de asesinato, insubordinaciones y el rescate de una chica náufraga en el espacio (inevitable interés romántico del prota). Por si esto no fuera suficiente, una vez que se desencadena el berenjenal… la nave en la que viajan los protagonistas es absorbida por un mundo submarino habitado por humanos con características de pez que, mira que cosas, esta dividido en dos facciones en guerra. La reina de una de estas (la clásica monarca dominante y buenorra “Carrados Style”) obviamente se enamora del aguerrido astronauta prota y al ver que este solo bebe los vientos por la naufraga… se fabrica un clon del mismo para su uso y disfrute. Todos juntos se van a batallar contra los peces-hombre rivales y aquí tuve que quitarme el sombrero ante las escenas de batalla cósmico/acuáticas y el “scope” de alta épica que nuestro autor consigue insertar en un bolsilibro de ciento y pico páginas (que además incluye también juicios, mamoneos sentimentales, comedia voluntaria y de la otra, suspense y ciencia para las masas) sin apenas despeinarse. Un final de auténtica mezcla entre tragedia y disparate absurdo me terminó de convencer de que estamos ante una mala novelita… que no podéis dejar de leer.

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