Un “noir” puro con muchos
de los ingredientes que tanto nos encantan del género, pero a la vez sin caer
en los clásicos topicazos. Raro es que McFair decepcione. Aquí no tenemos un
detective castigado por la vida que intercambia chulerías con las fuerzas de la
ley y dispara chistes verdes hacia su inevitable secretaria buenorra. No, en
“La Búsqueda Silenciosa” asistimos a la inculpación de un buen doctor en un
crimen que no ha cometido, cuando aparece una paciente muerta acuchillada en el
siniestro hospital al que ha entrado a trabajar recientemente. Los esfuerzos
por exonerarle a cargo de su resolutiva asistenta, con el apoyo de un mafioso
en las sombras al que el médico curó unas heridas de bala mientras estaba en
una de sus frecuentes fugas es el eje de la endiablada trama. Como en los
mejores “noir” la historia es enrevesada a más no poder e incluye una enorme variedad
de personajes, todos ellos estupendamente bien trazados y (en algunos casos)
llenos de carisma. La novelita alterna entre los intercambios de puñetazos y
tiros entre mafiosos, y la tirantez con la poli –Sorpresivamente, uno de los capos
dirige sus negocios turbios y hace planes mientras regenta una relojería…
casualmente lo mismo que el “Proposiciones” Joe, de la memorable “The Wire”-,
además de sazonar la historia con el enigma del asesinato de aquella anciana
del hospital. En resumen, buena y entretenida lectura.
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