En un bolsilibro de la
colección Selección Terror –concretamente
el intitulado “Necrofagia” -, el cachondo de Curtis Garland le ponía a una vieja espiritista el apellido de Carrados, así que homenajeemos aquí
también al interfecto como se merece, rescatando una “sci-fi” del viejo Clark.
Nada menos que, parece ser, su primera novela, y ya toda una “space opera” con
un héroe codiciado por dos planetas distintos, el cual (por supuesto) será el
objeto de deseo de las dos turgentes reinas de ambos lugares. Es fascinante
como en una trama de cerebros mecánicos enfrentados, rayos de positrones
perdidos, campos de fuerza gravitatorios y burbujas de aire para viajar por el
espacio (Carrados no pierde el aroma
científico en ningún momento), consigan colarse siempre esos momentos tan
humanos en los que un reino o dos pueden doblegarse debido a la lujuria inconsciente
de una mujer. En fin, aparte del divertidísimo machismo tenemos un trio de
colegas extraterrestres del protagonista que han aprendido inglés gracias a ver
películas de la tierra… pero de distinto género. Uno se ha hartado de ver
teatro y habla un lenguaje cortés y arcaizante estilo Shakespeare, mientras que otro se ha mamado cientos de películas “noir”, lo que ha desembocado en que
hable como un “gánster” o macarra buscaboca. Lo cual ocasionará algún equívoco
al principio con el protagonista, que le partirá la cara en cierto momento. ¿Se
nota mucho que me lo ha pasado bomba con este festival de rayos láser, peleas
siderales a puñetazos y naves atacando más allá de T-40? No importa la
previsibilidad porque… ¡con la diversión no se puede discutir!
No hay comentarios:
Publicar un comentario