Estamos ante la tercera novela
de Don Glut de su serie “New
Adventures of Frankenstein”, que son un poco el eje sobre el que pivota
buena parte de la obra –y obsesiones– de este científico loco del pulp apellidado Glut. El director de cine, guionista de cine y de comic (más sobre
su detective de lo oculto tebeístico AQUÍ),
novelista, actor, músico, experto en efectos especiales, estudioso y
coleccionista del género fantástico, eminencia en el tema de los dinosaurios,
documentalista, conservador de museos, presentador…y alguna otra cosa más que
se me escapa, tiene entre sus mayores logros ser autor de la novelización best-seller de “El Imperio Contraataca”,
haber hecho historia en la antropología americana via sus estudios de los dinos
y, lo que nos ocupa aquí, escribir una divertidísima saga de aventuras
terroríficas y desprejuiciadas en las que la criatura del dr. Frankenstein resucita de su milenario
congelamiento en los hielos del Polo Norte, para vivir bizarrísimas peripecias
en una actualidad que parece salida de una novela de a duro.
En esta ocasión continúa
el periplo de la criatura por una ficticia Europa del Este (el pueblo se llama
Crovackia, concretamente) donde se está preparando un alzamiento militar en el
que el ejercito, personificado en un villanesco general con delirios de
conquista, planea crear un ejercito de muertos vivientes a sus ordenes. ¿Y qué
se puede hacer para conseguir tal objetivo? Pues lo más lógico: ir al castillo
local y conseguir los servicios de un hechicero de magia negra (capa de
colorines incluida) para que resucite al mismísimo Baron Victor Frankenstein y reproduzca su experimento, esta vez con
muchos monstruos en vez de solo uno. Un absoluto y divertidísimo disparate se
sucede a continuación, con Deus Ex
Machina brutales, nocturnos robos de cadáveres y el esperado encuentro entre
la Criatura y su creador. Los laboratorios llenos de viales, retortas y telarañas,
así como el aniquilamiento de fuerzas bélicas enemigas via ametralladoras o
desmembramientos, nos recuerda que Glut
nos habla del monstruo de Mary Shelley,
sí, pero que sus referentes son el pulp
de los 50, los films de la Universal
y de la Hammer sobre los monstruos
clásicos y, en un grado creo que no lo suficientemente reconocido, los
cutre-seriales de la Monogram y la Republik. Situaciones descacharrantes,
villanos de serie B (o Z) y mucho amor al medio es lo que encontramos en una
narración apresurada y que no ganará ningún premio literario. Pero eso sí, ni
un solo fan de los monstruos clásicos saldrá defraudado de un verdadero
festival de cameos, guiños clásicos y mucho amor al género.
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Don Glut y uno de sus objetos de estudio |
Extrañísima es la mezcla
entre la magia negra del mago del castillo y la ciencia actualizada que el
Baron prueba para crear el ejercito fantasmal para la conquista. De hecho, y si
obviamos la típica trama en el que un personaje ciego se hace amigo del
monstruo y su compañero –el desfigurado y vendado Wilhem, que viene de la anterior entrega en la que ambos freaks se
enfrentaron a la amenaza del androide de “Frankenstein y el Robot”-, el personaje ciego, decimos, que en
este caso es una bella aldeana que, como de costumbre, se hará amiga de los
monstruos mientras que su familia buscará destruirlos; encontramos, obviando
estas cosas, como decía, una interesantre concepción del monstruo de Frankenstein como lado oscuro o doppelganger del propio doctor, a veces explorado en otras versiones más “prestigiosas”
del mito. Aquí su fantasma redivivo tendrá que reconocer a regañadientes el
vínculo espiritual que le une a su monstruo, tendrá oportunidad una vez más de
negarle una compañera para la deforme eternidad e incluso creará parte de ese
ejercito de monstruos para que tengamos una espectacular escena de pelea final
en el castillo en llamas (sí, los piquetes con antorchas también vuelven a
aparecer).
En resumen… puro Frankenstein de bajo coste para
disfrute de las masas. Una pena que aquí solo se tradujeran las dos primeras
entregas de esta saga, parece ser que además bastante censuradas.
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