Parece ser que segunda
parte de una trilogía (sub-saga, por así decir) dentro de la enorme epopeya de
“El Orden Estelar”, “Caronte en el Infierno” nos presenta las aventuras plenas
de emoción y espionaje de un metamorfo que se llama igual que el barquero que
lleva las almas al infierno. La novela fue la primera de Galaxia 2000, de las
series de novelas inéditas de la editorial Forum en la que los maestros (y no
tan maestros) del bolsilibro siguieron regalando su magia en unos libritos más
grandes en tamaño que los del hábitat natural del que procedían. Al señor
Torres Quesada, como siempre, le dan igual títulos, colecciones, formatos y lo
que le echen porque él sigue a lo suyo. Sus “space operas” no varían un ápice
en esta colección, así como su universo cohesionado. Una vez más, encima,
tenemos el tema recurrente de la suplantación de identidades, con la carga
simbólica que conlleva. Caronte es un personaje que, cierto es, da mucho juego.
Con ese rollo ácrata y de “Robin Hood” (pero menos altruista), siempre
dispuesto a dar por saco a las altas esferas galácticas. Y de nuevo a Thorkent
no le hacen falta ni batallas espaciales, ni explosiones de fotones, ni
tiroteos laser para mantenerte completamente pegado a la hoja hasta que
terminas la novelita. Molto bene.
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