Uno de esos productos de
una época añorada de la ficción que hoy en día pueden verse como artefactos realmente
interesantes o como extraños productos coyunturales más exóticos que otra cosa.
En el “Miedo en la Noche” que nos ocupa tenemos un poco mezcla de
ambos conceptos, pero predominando el primero. Que el señor Hammett,
luminaria del “noir” y uno de los mejores escritores de realismo crudo
americano, sea valedor de una antología de horror sobrenatural ya es algo
bizarro por si mismo. Pero tampoco tanto si lo pensamos fríamente, y recordamos
que el gran Dashiell se batió el cobre en revistas “pulp” y que obras como “La Maldición de los Dain” juega
bastante con conceptos más abstractos de lo que es habitual en su novelística.
Y su breve prólogo en esta compilación demuestra amor e interés por el género,
mencionando la obra de Henry James y
elaborando una pequeña reflexión sobre el cuento de miedo ideal.
En cuanto a la selección –publicada
originalmente en 1931– desconozco hasta que punto el señor Hammett es realmente
el que eligió los relatos o simplemente aportó su nombre y prólogo para vender
ejemplares (tengo un par de biografías del autor en casa a la espera de
lectura, en las que igual encuentro algo al respecto), pero lo que si os puedo
decir es que 1) el maravilloso August Derleth metió mano también y 2) esto es la versión recortada del
original. Sus ciento y pico páginas palidecen ante las más de 500 del “Creeps
by Night” original, que además es famoso entre los estudiosos de la “lovecraftiana” por ser una de las
primeras antologías en incluir un cuento del bueno de Howard Phillips en tapa dura. Pero este “Miedo en la Noche” jibarizado
tiene un buen equilibrio entre clásicos imprescindibles, clásicos más oscuros e
ilustres desconocidos, además de que tenemos ingleses, alemanes, franceses,
autores de prestigio, autores de kiosko… etc. Tiende más al terror psicológico
que al explícito, y se agradece que no aparezcan aquí las enésimas
reimpresiones de James, Wilkis-Freeman, Jacobs, Stoker o Stevenson que ya nos sabemos de
memoria. Arranca la antología, eso sí, con dos clasicazos ya conocidos como son
“Una
Rosa para Emily” de William
Faulkner y “La Araña” de H.H. Ewers.
Poco más se puede añadir de dos historias y dos autores esenciales, aparte de
que siempre es un placer releerlas.
Entre los clásicos menos
conocidos pero infaltables tenemos joyas de W.B. Seabrook (una de sus estupendas incursiones en la brujería y
el vudú) o el genial “Mister Arcularis” de Conrad Aiken, un infaltable en cientos
de antologías foráneas pero no muy conocido por estos lares, y que desarrolla
una poética historia de sueños con una prosa cuidadísima. Uno de esos relatos
(y autores) que merecerían más predicamento. En el lado más “weird”, “El Rey de los Gatos” de Stephen Vincent Bennet es una humorada
con un director de orquesta con cola de gato. Lo que parece una historia
anecdótica y fuera de lugar es en realidad una sátira divertidísima que hubiera
hecho las delicias de los surrealistas bohemios franceses, no exenta de cierto
suspense. La cuota “weird tales” la cubre el genial Frank Belknap Long con su “Un Visitante de Egipto”, que es un
atmosférico y clásico cuento con momia, de los que aquí nunca nos cansamos ni
nos cansaremos. Mientras que Andre
Maurois brinda una historia de bilocaciones oníricas que pasan por fantasmas.
Y mención especial para el desconocido para mi “Más allá de la Puerta”
de Paul Sutter, quizás lo más
cercano al “noir” de toda la
selección y un relato de asesino con hacha bastante vertiginoso y con un suspense
genialmente trabajado. En general un buen libro de coleccionismo, gran
contenido y gran editorial.
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