El hermanísimo de Lou
Carrigan factura en “He visto Al Asesino” un misterio que comienza de forma absorbente,
contado en una prosa sencilla pero muy efectiva. Lo admito, solo por la portada
llena de gorilas tenía ganas de hincarle el diente a este bolsilibro (todo el
mundo de bien sabe que una historia en la que aparecen gorilas ya es, al menos,
un 40% más buena de por si), pero además tenemos un par de momentos
atmosféricos bastante logrados, un villano demiurgo en las sombras que usa
cualquier medio para lograr sus objetivos y una clásica historia a lo “Luz que
Agoniza”, en la que una pobre chica parece estar siendo conducida poco a poco a
la locura por motivos oscuros. Además, la localización en su mayor parte es en
un zoológico, y aunque los gorilas tienen menos protagonismo del que debieran
uno de ellos es vital en el desarrollo y conclusión de la trama, que como es
lógico no revelaré aquí. Por lo demás, persecuciones siniestras, personajes
correctos y situaciones un poco traídas por los pelos pero que no llegan a la
chirigota de un Berna o Carrados en baja forma. Disfrutable.
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