martes, 7 de abril de 2020

“LA BESTIA” — SILVER KANE (Bravo Oeste, 1062. Bruguera)


Uno de esos maravillosos westerns absolutamente salvajes, cafres y muy paródicos del gran Ledesma. No sé ni por dónde empezar, porque esto es una absoluta brutalidad divertidísima se mire por donde se mire. Y fijaos que al principio me asusté porque el primer párrafo era a base de descripciones telegráficas de una frase-punto, frase-punto, que me hicieron temer que estaba ante uno de esos momentos en los que el espíritu de Berna había encantado el cuerpo de Kane. Momentos que han existido, doy fe. Muy divertido, sí, pero sin el toque de “slapstick” que Kane sabe imprimir a sus novelitas del oeste más cachondas. Nada más lejos de la verdad. 
 
Para empezar… estamos ante una especie de versión bolsilibro de “Le Llamaban Trinidad”. Sí, sí. “La Bestia” es el apodo de un remedo de Bud Spencer, regente de un penal en Kansas City, y es el clásico personaje del actor italiano. Complexión gruesa, tranquilo, de pocas palabras, pero un cafre ostiador de cuidado a la que le provocan. Su compañero, y nuevo verdugo de la cárcel, es un personaje llamado Donovan, delgado y más apuesto, y con el que intercambia ironías y comparte luchas a puñetazos. Pero lo que en las películas de Spencer/Hill es sarcasmo y humor blanco, aquí son bromas sórdidas, peleas con desnucamientos y cuchilladas, además de una sanísima mala baba. En la historia estos dos personajes acaban, un poco a la fuerza, enfrentados contra los sucios tejemanejes de Frank Carbo, villanísimo malnacido, maltratador, mafioso y todo lo malo que empieza por “ma”. De intrigar para quedarse con todo el poder de Kansas City a torturar y matar (de una ostia abrecraneos) a la prostituta con la que se refocila, Carbo entra en el punto de mira de una asesina a sueldo llamada Sigrid Soriano
 

Pues sí, la nómina de personajes memorables continúa, porque la señorita Soriano es otra rara avis por estos lares. Una mujer experta en pistolas y cuchillos, más dura que el pedernal y con un carisma a prueba de bomba, que mata por dinero, pero que a la vez posee un código de honor que la llevara a arriesgar su vida por cumplir una promesa a una muerta. No hay pistoleros tópicos ni héroes aquí, sino personajes oscuros o directamente deleznables que luchan y mueren en un ambiente de lujuria, traiciones y corrupción. ¡Y además la novela esta plagada de sorpresas! Resurrecciones inesperadas, conspiraciones de asesinato que terminan fatal, acción a raudales y mucha violencia explícita que no duda en caer en el gore a menudo (cabezas reventadas, destripamientos, un personaje bebiendo ácido sulfúrico por error…) sin perder ese sentido de vodevil ridículo que tanto disfrutamos los aficionados al Kane más macarra. Recomendadísimo. Solo lamento que el personaje de Sigrid no fuera protagonista de una saga con más entregas. Pero quien sabe, hablando de bolsilibros… seguiremos leyendo a ver si hay suerte y apareciera otra vez.

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